Columnistas InvitadosArgentina23 de Julio
Argentum, la nueva moneda que redefine los modelos de negocios en Argentina

El dinero no solo organiza balances, también organiza símbolos, emociones, hábitos y estructuras de poder. Por eso, ante la inminente llegada del Argentum, las organizaciones tienen dos caminos: esperar a que el cambio las empuje o aprovecharlo para evolucionar desde adentro.
Más allá de la contabilidad
La redenominación de la moneda obligará a miles de PyMEs y empresas a revisar precios, sistemas, contratos, reportes e indicadores. Sin embargo, el riesgo no está en la parte técnica. El verdadero desafío está en el desconcierto emocional que este cambio puede provocar en los equipos.
¿Cómo volver a confiar en una moneda? ¿Cómo comunicar internamente que no es “otro parche”? ¿Cómo gestionar las memorias económicas de los colaboradores que vivieron la hiperinflación, la convertibilidad, el corralito?
Desde Integralis Consulting lo vemos con claridad: este cambio será tan exitoso como lo sea la narrativa que lo acompañe dentro de las organizaciones.
Qué deberían hacer hoy las empresas
Aprovechar el Argentum como punto de inflexión implica mucho más que modificar planillas o actualizar software. Implica:
* Revisar la forma en que medimos y comunicamos valor.
* Reordenar procesos contables y contractuales, pero también relanzar cultura organizacional.
* Anticipar las emociones internas, especialmente en equipos con baja educación financiera o antecedentes traumáticos con el dinero.
* Alinear el propósito organizacional con la forma de gestionar los recursos.
Este es un momento clave para preguntarse ¿qué representa el dinero para mi empresa? ¿Un número o una expresión de nuestra cultura y visión de futuro?
Riesgos y oportunidades para las PyMEs
Para las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 97% del entramado productivo argentino, esta transición representa tanto una fuente de inquietud como una puerta abierta hacia nuevas posibilidades.
Desde el punto de vista de los riesgos, uno de los principales desafíos es la dificultad para ajustar los sistemas operativos y administrativos ante el nuevo esquema. La conversión de tarifas, sueldos y precios públicos puede generar desajustes significativos si no se planifica con precisión, lo que se traduce en incertidumbre tanto interna como en la relación con proveedores y clientes. Además, se vuelve complejo interpretar los datos históricos y hacer comparaciones con los registros actuales, lo que puede afectar la toma de decisiones informadas. En este contexto, la falta de una narrativa clara desde el liderazgo puede generar desconcierto en los equipos: si no se comunica adecuadamente el sentido del cambio, se corre el riesgo de perder cohesión y alineación interna.
Sin embargo, también es un momento de oportunidades estratégicas para las PyMEs. Por un lado, la simplificación contable que acompaña este nuevo esquema puede facilitar el análisis financiero y la presentación de resultados ante socios, bancos e inversores. Por otro, el nuevo escenario abre la posibilidad de revisar y actualizar la estrategia de precios, lo que puede derivar en un ajuste saludable de márgenes o incluso en un relanzamiento comercial con propuestas de valor renovadas.
Pero quizás el cambio más profundo sea simbólico: este momento puede ser leído como una oportunidad para renovar la identidad y la narrativa de la empresa. Comunicar “estamos en una nueva etapa” no solo refuerza el posicionamiento de cara al mercado, sino que también puede revitalizar la cultura interna y alinear al equipo con una visión renovada.
El rol del liderazgo en una transformación monetaria
Si la moneda cambia, lo que realmente debe cambiar es el nivel de conciencia con el que se lidera. Las decisiones no pueden limitarse a la operativa; deben incluir reflexión, contención y visión.
Los líderes deben ser:
* Traductores del cambio, que den sentido al proceso.
* Facilitadores de conversaciones, que conecten al equipo con el propósito detrás del número.
* Narradores conscientes, capaces de guiar sin minimizar ni sobrecargar.
¿Y si esta nueva moneda no solo fuera un signo monetario, sino una señal de evolución?
La llegada del Argentum puede ser mucho más que una simplificación de cifras. Puede ser el comienzo de una nueva forma de operar, comunicar y liderar, desafiando la manera en que las empresas piensan su planificación, cultura financiera y estrategia de adaptación.
Una oportunidad para dejar atrás viejas formas de pensar el valor… y construir una cultura que sepa vivir el cambio con conciencia y dirección.
Columnista Invitado - Ignacio Martínez Estalas
Head Integralis Consulting Group
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