Por MatÃas FratiArgentina10 de Diciembre
Diez de diciembre de 2023
Subido a un discurso muy variable, que iba desde mostrar una ortodoxia fundamental acerca de las ideas de Juan Bautista Alberdi, lo que le daba una pátina de liberal clásico, por momento rompía con ese molde para pedir la demolición del Banco Central de la República Argentina (BCRA), hecho que lo configuraba como un outsider de la política tradicional.
Y de esa manera, sumando los matices del pragmatismo que la coyuntura imponía, pudo ir desde una orilla hasta la otra del océano ideológico de la centroderecha nacional, más distante del centro -a lo que definía como socialdemócratas, como Horacio Rodríguez Larreta- y bastante más recostado sobre la tradición derechista que le aportó sustento a su propuesta.
Despejando todo lo anterior, que sirvió para ganar las elecciones que lo depositaran en el Sillón de Rivadavia, en la Casa Rosada, el flamante Presidente tiene por atravesar las aguas turbulentas de la economía argentina, con inflación promediando el 160% anual y en ascenso; cepo a la libre compra de moneda extranjera; torniquete al pago a proveedores externos para evitar salida de divisas; pobreza al 44% y también subiendo; y un contexto social complejo donde la gente no tiene demasiada paciencia para esperar los cambios, porque está muy golpeada de soportar hacer los esfuerzos y sacrificios cotidianos para poder llegar a fin de mes sin acumulación de deudas. Claro que el diagnóstico es más profundo, pero esos son algunos títulos de lo que viene por delante.
Es cierto, también, que hay esperanza y expectativa. Esperanza de un cambio de formato de vida, de que las familias y los trabajadores puedan recuperar autonomía en las decisiones de gastos y no se vean siempre condicionados por la inflación y la suba de precios con salarios magros. Expectativas en que haya un estilo de gestión diferente, donde el clientelismo no sea una manera de gobernar y donde la ayuda a quienes más lo necesitan sea transitoria para poder reincorporarlos al sistema productivo y para que no se genere una dependencia vital entre quien da y quien recibe la ayuda.
Diez de diciembre de 2023. No es un título de una película apocalíptica, de ciencia ficción ni siquiera un largometraje rosa. Es una fecha que puede convertirse en bisagra de la Argentina contemporánea, o quedar en el olvido como tantas otras. Depende de lo que pueda generar Javier Milei, ya sea con hechos reales de cambio como con la ilusión de que todavía hay algo por recuperar.
Matías Frati – Director
ADNempresario
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