El mes de julio agudizó la crisis. El pago de los aguinaldos desnudó los problemas que venían atravesando muchas empresas y comercios locales, desde el inicio de la pandemia hasta hoy.

Las ayudas del gobierno no alcanzan para cubrir los compromisos del mes corriente. Y el medio sueldo anual complementario (SAC) o aguinaldo, cuando se trata de una plantilla de personal importante, coloca a las empresas contra las cuerdas. Y a las grandes, mucho más.

No obstante, también hay varios casos de quienes aprovechando la crisis, abusan del estado actual de las cosas y manipulan a los trabajadores desde el miedo a perder al trabajo. En la jerga se diría que "psicopatean a la gente". En ese caso, los sindicatos deben estar más presentes que nunca.

Para muestra basta un botón

El más rutilante es el caso Garbarino y Compumundo. La firma, que desde hace tiempo viene con problemas de liquidez que argumentan sus controlantes, ahora está en una crisis casi terminal.

En Mar del Plata los dos locales del grupo no abrieron en el mes de julio. Unas 50 familias sufren la falta de empatía de la parte empresarial. Los trabajadores debieron quedarse adentro de los locales, con el respaldo del Sindicato de Empleados de Comercio, mientras se trata de destrabar el pago de los sueldos atrasados y aguinaldo.

Denuncian que en marzo las ventas fueron por 4.000 millones de pesos y en abril no había plata para pagar los salarios. Lapidario dato y toda una muestra de lo que sucede. El gremio está jugando muy bien, acompañando a los trabajadores. Pero la patronal evade las responsabilidades. El conflicto ya es nacional.

Días más tarde la Unión de Trabajadores Hotelera y Gastronómica de la República Argentina (UTHGRA) alzó su voz. Muchas cervecerías, restaurantes, cafeterías y bares les están pagando a sus empleados el 50% del salario. Pero las mismas están abarrotadas de gente. Ni siquiera tuvieron la delicadeza de quitar mesas para hacer como que cumplen con el 50% de aforo que se requiere para abrir. Porque hay que recordar que las medidas de distanciamiento no se terminaron. Siguen. En muchos casos, lo que les pagan a sus colaboradores no alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria, ya que los sueldos en el sector son de los más bajos entre los convenios nacionales. A todas luces, vergonzoso.

La UTHGRA también le pone el cuerpo en la disputa por la defensa de los derechos y la dignidad del trabajo. Y denuncia: "a los compañeros les dicen atrás tuyo hay otro esperando para trabajar". ¿La empatía que pedía los dueños de los restaurantes, cuando las medidas de prevención por el Covid-19 los obligaban a cerrar sus puertas, era esta? ¿Qué hubiese pasado si, desde la sociedad, les hubieran dicho "detrás tuyo hoy otro que quiere alquilar ese local"? Ponerse en los zapatos del otro y caminar con ellos un kilómetro es fundamental para entender lo que sucede. Nada es tan lineal como parece.

Al sector se le suma el cierre de Manantiales que, desde esta semana, no toma más reservas turísticas. Abandona la actividad hotelera. El edificio será rentado en alquiler de 24 meses. Son departamentos, en definitiva. Pero no necesitarán de los servicios de las 230 personas que trabajan en temporada ni de los 85 que lo hacen de manera permanente. Con 10 o 15 les alcanza para las tareas fundamentales. A los trabajadores les ofrecieron un retiro voluntario. Será de ver si alcanza con eso o se desata un conflicto por la doble indemnización.

En el comercio, también hay sombras

Llegando a cumplirse la primera mitad del mes, todavía hay comercios del centro de la ciudad que no han terminado de pagar el salario del mes de junio. Algunos porque no pueden cumplir a pesar de los esfuerzos. Otros porque toman la crisis como una oportunidad y demoran los pagos para demostrar poder y generar dependencia. Sí, aunque no se pueda creer, en tiempos así aparecen todas las miserias humanas.

Y no es ficción: la frase "atrás tuyo hay gente esperando" resopla en los oídos de muchas personas. Con impotencia ven las cajas importantes que se hacen todos los días pero no entienden como todavía no terminaron de cobrar el sueldo, mientras ellos trabajaron todos y cada uno de los días del mes pasado.

Los aguinaldos tampoco se han pagado en muchos locales. Hay registros de todo tipo: zapaterías, boutique, ventas de productos de bazar, casas de limpieza, perfumerías, pollerías, ferreterías, y -por supuesto- cafeterías importantes y cervecerías, entre varios otros rubros.

Crisis o relato

La realidad indica que la situación es muy difícil. Para todos. Pero el primer crédito de una empresa debiera ser su personal, dado que sin ellos no hay posibilidad de facturar para poder cumplir el resto de los compromisos asumidos, léase impuestos, alquileres, créditos, cuentas corrientes y más.

Para muchos buenos empresarios, de años en la ciudad, la crisis es un problema serio. Y la sufren como tal. Junto a su gente. Para otros, oportunistas de los tiempos, es la chance de construir un relato que les favorezca, al punto de estirar sus compromisos todo lo que puedan. Y está bastante bien documentado que así es, por testimonios directos de los trabajadores y por la acción concreta de los gremios.

Una verdadera pena que, en tiempos tan difíciles, la lucha sea de pobres contra pobres y no de argentinos junto a argentinos por la construcción de un  país y una sociedad mejor.

Matías Frati
Director ADNempresario