Lo primero que hay que decir es que la calificadora de riesgo Morgan Stanley bajó más de lo esperado la nota de nuestro país. Se esperaba una reducción del nivel de "país emergente" a la de "país fronterizo". Sin embargo fue más allá, bajándola "país independiente".

Argentina había alcanzado el rango de "emergente" durante el gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, la obligación de volver a poner el control de cambio a la que se enfrentó la gestión macrista para evitar una sangría de dólares en la economía, y la continuación del cepo por parte del gobierno actual del presidente Alberto Fernández, generó la decisión de Morgan Stanley conocida sobre el final de la semana pasada.

Es decir, una decisión que alcanza a dos expresiones diferentes de la política nacional pero que confluyen en un mismo resultado, sin distinción de colores políticos ni estilos.

Impactos

Para el Estado esta modificación es un impacto fuerte pero no mayor de lo que podría suceder, si se tiene en cuenta que la Argentina se encuentra al margen del mercado voluntario y lógico de crédito.

Es decir, el país no accede a créditos a tasas razonables del 3 ó 4 por ciento como otros países de la región. Lamentablemente, la Argentina no tiene crédito en el mercado voluntario y, si lo obtuviese, lo conseguiría por encima del 15% anual. El riesgo país, arriba de 1.500 puntos básicos, marca ese parámetro.

Pero quien sí sufrirá un impacto mayor, a raíz de la nueva calificación, es el sector privado: el valor de las empresas disminuirá en la cotización internacional en bolsa, eso provocará que las garantías para conseguir dinero sean inferiores y, por lo tanto, el recurso económico para la expansión y desarrollo del sector será escaso. Ergo, con menos inversión menos crecimiento -o decrecimiento directo, según la situación- y menos chances de incluir personas al sistema laboral.

Fuera del radar

La otra situación es que la calificación "standalone" implica una "desconexión del sistema financiero internacional". Como las computadoras de una red que se caen o desconectan del ecosistema que genera esa red. Igual.

Como consecuencia, Argentina va saliendo del radar de las inversiones productivas. ¿Por qué? Por el cepo cambiario.

Lo que dice Morgan Stanley con esta valoración, y el mensaje que le manda a los inversores, es "si van a los países con calificación standalone van a tener problemas para enviar dólares a las casas matrices". Porque el cepo también alcanza a las empresas, que para comprar dólares en el mercado financiero tienen que pedir autorización al Banco Central de la República Argentina (BCRA) para luego poder girarlo al exterior.

Reordenar, algo imprescindible

Sin un reordenamiento de la economía será muy difícil volver a estar en la consideración del mundo. Y esto no es banalidad sino algo objetivo. Porque el intercambio es en función del comercio, y sin comercio no hay divisas. Sin dólares (divisas) se caen las posibilidades de desarrollo de la industria y el sistema laboral.

Matías Frati – Director
ADNEmpresario