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Tuesday, Septiembre 23, 2025
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Por Ignacio Martínez EscalasArgentina23 de Septiembre

La grieta oculta en las empresas argentinas: talento individual, fracaso colectivo

Nueve de cada diez organizaciones en Argentina están en plena transformación, pero casi la mitad de sus empleados no cree que sus equipos tengan las habilidades para adaptarse. El dato surge de un estudio de Integralis Consulting Group y expone una brecha silenciosa que amenaza la efectividad de las empresas locales.

 

Líderes optimistas, equipos a ciegas

El 91% de las compañías relevadas atraviesa procesos de cambio: digitalización, reestructuración interna o nuevas direcciones de liderazgo. Sin embargo, el 47% de los colaboradores dice no recibir información clara sobre esos procesos y más del 50% asegura que no participa en ellos.

El resultado es la creación de “narrativas paralelas”: la visión optimista de la alta dirección frente a la sensación de incertidumbre en la operación diaria.

“Arriba hablan de transformación, pero en el equipo seguimos sin saber qué tenemos que hacer”, contó uno de los entrevistados.

No es un fenómeno aislado de la Argentina. En México, donde también se realizó parte del relevamiento, las cifras son similares: la transformación organizacional es reconocida como necesaria, pero los colaboradores sienten que el cambio se gestiona desde la superficie y no desde la raíz.

 

Talento que no alcanza

El problema no está en las personas, sino en los equipos. Los datos muestran que los colaboradores confían en su capacidad individual, pero dudan de la preparación colectiva. Según Bumeran, el 77% de los trabajadores argentinos pensó en renunciar por la mala relación con su jefe, mientras que el 64% no ve en su superior un verdadero líder.

A esto se suma el dato de Adecco: el 65% de los empleados sufre burnout, un síntoma de equipos exhaustos, desmotivados y con baja capacidad de innovación.

En la práctica, esto significa que aun cuando una organización logra contratar perfiles brillantes, la falta de integración hace que ese talento se desperdicie. Una empresa puede tener un programador estrella, un gerente con visión estratégica y un equipo creativo con ideas disruptivas, pero si no hay cohesión, los resultados se diluyen.

 

El vacío de planificación

El estudio de Integralis confirma lo que ya habían señalado investigaciones académicas. La Universidad Nacional de Cuyo detectó que el 60% de las empresas argentinas no realiza planificación estratégica de manera sistemática y que un 21% ni siquiera conoce el concepto.

Sin una visión compartida, los equipos operan en piloto automático y sin rumbo. No se trata de juntar currículums brillantes, sino de generar condiciones de integración real.

El contraste con benchmarks globales es notable: mientras que en países como Alemania o Canadá la planificación estratégica es parte estructural de la cultura empresarial, en Argentina todavía se vive como un ejercicio optativo o burocrático. Esa diferencia se traduce en productividad, innovación y, en última instancia, competitividad.

 

Cuatro claves para revertir la tendencia

Desde Integralis proponen abordar la brecha con una mirada integral:

    Alinear el propósito personal con él organizacional.

    Dar espacios reales de participación y escucha.

    Construir liderazgo consciente, que sostenga la confianza en la incertidumbre.

    Revisar la estrategia de manera continua, porque en contextos volátiles no alcanza con planificar una vez al año.

Implementar estos puntos no requiere inversiones millonarias, sino un cambio cultural. Implica que los líderes se animen a soltar el control absoluto, que los equipos puedan equivocarse sin miedo y que las organizaciones aprendan a revisar sus supuestos con la misma agilidad con la que cambian sus mercados.

 

El desafío inmediato

En un país donde la incertidumbre económica y social es parte del paisaje, la pregunta no es si habrá cambios, sino cómo se enfrentarán.

Los datos son claros: los equipos no fracasan por falta de talento, fracasan por falta de contexto, liderazgo y propósito compartido. Las empresas que lo comprendan podrán construir equipos más estables, creativos y resilientes.

El resto seguirá perdiendo talento valioso en una carrera que no conduce a ningún lado. Y en un escenario regional cada vez más competitivo, no adaptarse ya no es una opción: es un riesgo que las organizaciones no pueden permitirse.

 

Columnista Invitado - Ignacio Martínez Escalas
Head Integralis Consulting Group

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