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Por Ing. Sandra Baeza - Ing. Mario BernachiArgentina11 de Mayo

El aporte de sustentabilidad ambiental, social y productiva del Canal Magdalena. Una visión desde la Industria Naval Argentina

La Asociación Bonaerense de la Industria Naval, entidad conformada por astilleros, talleres, proveedores navales y profesionales argentinos, cumpliendo con su premisa institucional de posicionar y valorar a la industria naval como sector estratégico generador de empleo genuino, inserción social, inversiones, producción, servicios para el sector privado y público nacional e internacional, ha asumido la responsabilidad de analizar la documentación, antecedentes y estudios medioambientales referidos al Proyecto del Canal de Navegación Magdalena.

De la documentación publicada en el marco de la Resolución 103/2021 del Ministerio de Transporte, ha sido de principal interés el Estudio de Impacto Ambiental del Canal Magdalena, presentado en el Anexo VI - Documentación, antecedentes y estudios de impacto ambiental, que evalúa en forma sistemática los factores ambientales impactados en las distintas fases del proyecto.

Esta evaluación ha tenido en cuenta todos los factores relevantes tanto en la etapa de construcción durante el dragado de apertura, como en la de funcionamiento.

Las acciones vinculadas a la Apertura del Canal demandarán un período de tiempo acotado (33 meses aproximadamente entre ambas etapas de dragado, 21 meses para la etapa 1 y 12 meses para la etapa 2), y fueron divididas en el Dragado de Apertura propiamente dicho y la Disposición del Material Dragado en las zonas de vaciado preestablecidas. Mientras que las vinculadas a la Operación del Canal, corresponden al período de vida útil de la vía navegable y por lo tanto se consideran permanentes.

Durante la etapa de Apertura del Canal también se considera la posible ocurrencia de contingencias, que en este caso están asociadas a potenciales pérdidas de hidrocarburos durante la puesta a punto, el funcionamiento y el mantenimiento de los equipos de dragado y embarcaciones auxiliares, colisiones, etc.

Por su parte, las acciones del proyecto durante la operación del Canal fueron divididas entre la navegación propiamente dicha del canal, los dragados de mantenimiento y la disposición del material dragado en las zonas de vaciado prestablecidas y de acuerdo con las normativas correspondientes.

Se evaluaron apropiadamente las acciones que impactan tanto en el medio físico, conformado por el medio abiótico (aire, suelo, agua) y el biótico (flora y fauna), como en el medio socioeconómico y de infraestructura para ambas fases del proyecto.

Si bien se observan impactos que afectan al medio físico en ambas etapas, los impactos positivos introducidos en el medio socioeconómico y de infraestructura hacen al proyecto especialmente atractivo para el desarrollo de nuestra Industria Naval, en particular, y de la industria nacional en general. El Canal Magdalena creará nuevas y mejores zonas de espera reduciendo los tiempos para el ingreso a los puertos fluviales argentinos de la Cuenca del Plata.

En el corto y mediano plazo, la implementación del nuevo canal de navegación abrirá posibilidades de establecer servicios conexos de apoyo a la actividad náutica y marítima en proximidades de las localidades de General Lavalle o San Clemente del Tuyú, como ser talleres, proveedurías, almacenes generales, agencias marítimas, entre otras actividades que darán soporte a la navegación, promoviendo nuevas actividades de desarrollo que hoy se encuentran alejadas de toda aquella importante zona a desarrollarse.

Desde esa perspectiva, la apertura del Canal de Navegación Magdalena que, es de orientación natural al sentido de la corriente, aparece como vía adicional o alternativa con importantes ventajas comparativas respecto a la situación actual.

Su rumbo noroeste sudeste paralelo a la ribera bonaerense es central para la conectividad de los puertos que transformará la interconexión fluviomarítima argentina, generando más desarrollo de infraestructura y trabajo en los distritos de la Provincia de Buenos Aires.

Geopolíticamente, pero también económica y logísticamente, nuestro país se independizará en cuanto al control externo del tráfico marítimo y fluvial, lo que le permitirá administrar el ingreso y egreso de buques a los puertos fluviales argentinos sin interferencias externas. De esta manera, lograremos más competitividad para nuestras cargas y principalmente para los productores argentinos y, a la vez, menores costos y mayor integración territorial además de fluvio-marítima de distintas regiones de nuestro país.

Tiene la ventaja que discurrirá en la porción del Río de la Plata en que la Argentina ejerce soberanía plena sobre el lecho y subsuelo. Los estudios de factibilidad señalan que ofrece un costo menor de dragado y mantenimiento que el actual Canal Punta Indio, perpendicular a la dirección de la corriente y al reflujo de mareas.

Con la realización de la obra del Canal Magdalena, la Argentina podrá recuperar autonomía para su transporte marítimo, optimizará alternativas hidroeconómicas y logrará integrar en una misma concepción geoestratégica todo su litoral fluvial y marítimo. De esta forma, nuestro país contará con una salida y entrada de buques directa desde el Río de la Plata hacia el mar y viceversa, para desarrollar el cabotaje nacional, uniendo lo que en la actualidad denominamos la Argentina Marítima y la Fluvial, a través de un Canal orientado en el sentido de las corrientes de flujo y reflujo de mareas.

El Canal Magdalena, sin dudas, afirmará la íntima relación del sistema puertos – logística – navegabilidad - industria naval junto a la tríada desarrollo – empleo –sustentabilidad, beneficiando simultáneamente a nuestra conectividad como a los propios pueblos y puertos vinculados.

Desde la industria naval, como así también desde el sector armatorial o naviero, es cada vez más fuerte el aporte a favor de la sustentabilidad ambiental. A su sometimiento a las estrictas normas no sólo de organismos internacionales (Organización Marítima Internacional, por ejemplo) sino también simultáneamente, a las disposiciones y controles de la autoridad nacional competente (Prefectura Naval Argentina), se agregan los controles y las exigencias a las que las empresas de éstos sectores (naval y naviero) dan cumplimiento por medio de las denominadas Sociedades de Clasificación. Más de 50 organizaciones en el mundo, que bajo el lema de “Buques seguros y mares limpios”, contribuyen complementariamente a la seguridad marítima y a la autorregulación del sector, por medio de soportes técnicos, inspecciones del cumplimiento a las normas, investigación y desarrollo, etc. Así, se han ido integrando sistemas de gestión de la calidad, certificados con procedimientos de calidad, medio ambiente y/o seguridad y salud laboral en las plantas industriales (astilleros, talleres y proveedores navales), que comprenden auditorías en forma periódica. Incluyendo a la sostenibilidad ambiental, en las últimas décadas, desde la Industria Naval se han invertido ingentes esfuerzos y recursos hacia acciones cada vez más limpias y de menor impacto en el calentamiento global.

Por ello, para la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, un Canal de Magdalena activo y operativo, con sustentabilidad no sólo ambiental sino también social y productiva es el mejor canal que podemos tener para nuestro sector industrial pero también para la sociedad en la que nos desenvolvemos y para el país que queremos y necesitamos. Nosotros, como habitantes y ciudadanos, pero a la vez como generadores de inversiones y de empleo genuinos, necesitamos y queremos un Canal de Magdalena.

Por los fundamentos esgrimidos a partir de la evaluación integral del proyecto, cuyos aspectos relevantes han sido sintetizados precedentemente, la Asociación Bonaerense de la Industria Naval apoya la ejecución del Proyecto del Canal de Navegación Magdalena.

 

Columnistas Invitados - Ing. Sandra Baeza - Ing. Mario Bernachi
Asociación Bonaerense de la Industria Naval

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