Un informe del diario electrónico eleconomista.es pone en evidencia lo que desde esta parte del mundo se observa como un problema a resolver por las sociedades europeas: el retiro y la paga de los ciudadanos pasivos.

El avance del envejecimiento demográfico dentro de la Unión Europea (UE) apunta a que las próximas décadas serán críticas. Con las tasas de natalidad de capa caída y la esperanza de vida ganando terreno, la pirámide de edad de la UE se encamina hacia una estructura de población antigua que podría poner en riesgo los sistemas de pensiones europeos.

Los últimos datos demográficos publicados por Eurostat confirman que la proporción de personas en edad de trabajar en la UE se está reduciendo, mientras que el número relativo de jubilados no para de crecer, y se espera que la proporción de personas mayores en la población total aumente significativamente en las próximas décadas.

La proporción de personas mayores está aumentando. La población de la UE el 1 de enero de 2022 era de 446,7 millones de los que los jóvenes (de 0 a 14 años) suponían el 15%, las personas consideradas en edad de trabajar (de 15 a 64 años), el 63,9% y las mayores (65 años o más), el 21,1%. En consecuencia, la edad mediana de la población de la UE sube y se situó el 1 de enero de 2022 en 44,4 años, 2,5 años más que en 2012. Este ritmo de 0,25 años por año transcurrido conduce a una mayor carga sobre las personas en edad de trabajar para cubrir el gasto social de la tercera edad, como pensiones o atención médica.

En algunos países, la situación ha empeorado más. Donde más aceleró el ritmo de envejecimiento en esa década fue en Portugal (+4,7 años), La edad mediana de la población lusa es de 46,8 años. España se erige como el segundo país con mayor avance: +4,3 años, con la edad mediana en 45,1 años. Solo en Suecia hubo desaceleración: la población sueca pasó de 40,8 años en 2012 a 40,7 años en 2022.

Sin embargo, aunque el ritmo de envejecimiento sea mayor en Portugal y España, no solo los países con la edad mediana más elevada. Este 'récord' lo firma la población de Italia, donde se sitúa en 48 años, seguida de la de Alemania (45,8). El país más 'joven' es Chipre, donde la mitad de la población está por debajo de los 38,3 años.

La tasa de dependencia total se sitúa en dos personas en edad de trabajar por cada persona dependiente

Las tasas de dependencia son un desafío. El nivel de apoyo que la población en edad de trabajar brinda a la vejez era del 33% el 1 de enero de 2022, es decir, había algo más de tres personas en edad de trabajar por cada persona de 65 años o más. Si se calcula la dependencia total por edad (jóvenes y mayores, respecto a la población activa), en 2022 era del 56,5% en la UE, en torno a dos personas en edad de trabajar por cada persona dependiente.

Este indicador se mantuvo por encima del 20% en todos los Estados miembro. Las proporciones más altas se registraron en Italia (37,5%), Finlandia (37,4%) y Portugal (37,2%) y las más bajas se registraron en Luxemburgo (21,3%), Irlanda (23,1%) y Chipre (24,5%). En España, la tasa de dependencia de la vejez se sitúa en torno al 31%, por debajo de la media.

La población dependiente (jóvenes y mayores) cada vez pesa más sobre la población en edad de trabajar. La tasa de dependencia de las personas mayores aumentó un 5,9% durante la última década (del 27,1% en 2012 al 33% en 2022), mientras la total aumentó un 6,3% (del 50,2% en 2012 al 56,5% en 2022).

De rombo a bloque: dos gráficos que muestran el camino hacia 2100

La tendencia es ascendente en todos los flancos. El futuro se prevé con claridad desde hace varias décadas: cada vez habrá más personas mayores y menos en edad de trabajar. Los gráficos representan esto en forma de rombo. De 2007 a 2022, la pirámide de población era estrecha en la parte inferior y la forma romboidal la provocaban los baby boomers que nacieron a partir del final de la Segunda Guerra Mundial y que ahora empiezan a jubilarse. Es el primer gran reto para los sistemas de pensiones europeos.

Las últimas proyecciones de población a nivel nacional de Eurostat (abril de 2020) estiman la evolución de la población de 2020 a 2100. Se prevé que aumente hasta los 449,3 millones para 2026 para después empezar a decrecer y llegar a final de siglo en los 416,1 millones. Lo que aumentará de manera significativa en las próximas décadas es el número de personas mayores.

Para 2100, el rombo se habrá convertido en bloque, según las previsiones. La pirámide se estrechará considerablemente en el medio (en la franja de 45 a 54 años). Un dato significativo de esta proyección: se prevé que la proporción de personas de 80 años o más en la población de la UE aumente dos veces y media entre 2022 y 2100, del 6,1% al 14,6% mientras se espera que la de población activa disminuya.

Estos movimientos de población entre grupos de edad llevan a prever que la tasa de dependencia de las personas mayores en la UE casi se duplicará hasta el 57,1% en 2100 y la tasa de dependencia total aumentará del 56,5% al 82,6% para entonces, cuando la mediana de edad será de 48,8 años en 2100.

Fuente: eleconomista