Cuando un precio mayorista aumenta, el consumidor final lo siente en el precio que paga al comprar. Esto se advierte fuertemente en el caso de la comida.

Esta semana empezó a bajar el precio del pollo en los mayoristas. Y en algunas carnicerías se empezó a reflejar en los subproductos que elaboran como así también en el kilo.

A priori, en Mar del Plata los mayoristas redujeron el valor del cajón de pollo un 15%, con lo cual la caída del precio de algunos productos siguió ese camino.

Por ejemplo, la milanesa de pollo, que en una carnicería típica de barrio marplatense se vendía a $ 1.300 hasta la semana pasada, este martes ya se pudo notar a $ 1.100.

La clave estuvo en que el cajón de pollo al por mayor bajó de $ 13.000 a $ 11.000 y esa reducción en el precio generó que algunos pudieran aplicarla en el mostrador.

"Cuando la carne sube yo acompaño la suba, y cuando baja también. Entiendo que así debe ser, aunque no todos lo hacen", le dijo el propietario de una carnicería local a ADNempresario, en función de lo sucedido.

Entre las razones que se esgrimen para esta caída del precio está la preferencia del consumidor por la carne vacuna. Cuando el pollo aumentó y se acercó a la carne de vaca la gente dejó de comprar pollo para evaluar la compra de carne bovina. Y eso pudo impulsar una suba de los stocks comerciales que hicieron replantear los precios.