El reciente informe de organización privada expresa que, “según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el primer semestre las exportaciones avanzaron un 28,3% en términos interanuales. Sin embargo, la evolución de las exportaciones de Argentina está atada a la suerte de los precios internacionales, ya que hace doce años que la cantidad de bienes exportados no crece. Más aún, los bienes exportados han caído un 10,3% desde que comenzó la cuarentena”.

Al respecto, el economista jefe de la entidad, Iván Cachanosky, indicó que “hoy las exportaciones de Argentina están presas de lo que ocurra con los precios internacionales. Argentina hace doce años que no logra hacer crecer sus exportaciones en términos de cantidades” Y agregó que “la situación es mucho más grave de lo que parece. La última vez que los precios internacionales nos jugaron a favor, Argentina creció. En cambio hoy evitan que nos ahoguemos”.

Frente a este dato, desde la Fundación consideran que “el estancamiento en la cantidad de bienes exportados responde al deterioro institucional sufrido en las últimas dos décadas, con una economía cada vez más cerrada” y sugieren que “el exceso de restricciones e impuestos al comercio hacen que Argentina esté cada vez más aislada del mundo, generando complicaciones para que las exportaciones actúen como motor de crecimiento”.

Por su parte, el director ejecutivo de Libertad y Progreso, Aldo Abram, reflexionó acerca de este tema y dijo que “es lógico que las exportaciones no crezcan en el largo plazo en un país que se ubica 21º entre 192, de los que más exprimen a sus empresas con impuestos, según datos pertenecientes al Banco Mundial” y agregó que también afectan las “más de 67.000 regulaciones que hacen ineficiente producir; con una legislación laboral que incentiva a destruir empleo productivo”. Abram agregó que “las ventas externas sólo aumentan cuando, coyunturalmente, los precios internacionales suben y, como si fuera una marejada, tapan toda esa “basura” que volverá a quedar expuesta cuando el agua se retire”.

Abram dijo que “todos los que exportan están sometidos a una quita de sus ingresos superior al 40%, que surge de tener que vender sus dólares al Banco Central a un tipo de cambio mayorista artificialmente barato y lo que le saldría volver a comprarlos en el mercado libre legal. A eso hay que sumarle las retenciones impositivas; lo que hace, por ejemplo, que un productor de soja reciba menos del 40% de los ingresos que debería. ¿Cómo pretendemos ser competitivos? Hay que olvidarse de que la salida del cepo se dé por más exportaciones; ya que, para que estas crezcan en el tiempo, antes hay que salir del cepo”.

Desde Libertad y Progreso agregaron que “para que las exportaciones crezcan Argentina debe recuperar su competitividad. Esto implica reducir la presión tributaria, menores restricciones comerciales, mayor respeto por las instituciones y la propiedad privada, entre otras cosas. La solución pasa por una mayor integración al mundo y por las reformas estructurales necesarias para ganar eficiencia económica, no por el aislamiento”.