Hace unos días el BCRA emitió una resolución donde imponía la unificación del sistema de transferencias, a través de enrutar las cuentas bancarias con las billeteras virtuales.

Desde la entidad monetaria afirman que eso les permitiría “mejorar los estándares de seguridad y mejorar la experiencia del usuario”.

Pero a través de un posteo en Twitter, el dueño de Mercado Pago, Marcos Galperín, se quejó y dijo que esa decisión complicaba el acceso a financiamiento y reducía la posibilidad de ganar dinero pasivo de 4 millones de personas. Esa es la cantidad de usuarios que tienen las fintech en la Argentina.

Ante tamaña cifra, y en plena elección presidencial, Massa -en su doble rol de ministro y candidato a presidente por el oficialismo- pretendió que Pesce diera marcha atrás con lo resuelto por el BCRA y se lo pidió, como un acto de eficiencia ejecutiva, por medio de otro posteo de Twitter.

Una batalla solapada

Todavía, y pasadas 72 horas de la medida, el titular del BCRA no ha dado marcha atrás con la decisión y se sostiene firme en su postura. Que, además, es lo que le venían pidiendo los bancos tradicionales en la permanente disputa con la banca electrónica o fintech.

Pero que pasa, en el fondo, Mercado Pago, que no está regulado como banco, puede hacer algo que los bancos tienen prohibido: ofrecer una tasa de interés por el dinero que está “dormido”, a la vista, en las cajas de ahorro. Si bien la fintech no es un banco tradicional, la gente tiene una cuenta virtual donde aloja plata que luego usa para hacer compras o pagar servicios. Y, por esa plata inmovilizada, la plataforma paga una tasa de interés anual que abona de manera efectiva por día.

Como si fuera poco, Mercado Pago ha realizado posteos en su cuenta de Twitter desde donde se invita a los usuarios a que saquen los saldos de sus cuentas bancarias tradicionales y se las lleven a su enorme bolsón de fondos, con la promesa de que ahí estarán produciendo dinero a su favor.

Si querés que nada cambie…

Bien sabido es que en política, o en gestión después, cuando alguien busca que nada cambie conforma una comisión para el estudio de eso que se pretende no cambiar. Y suele pasar que nada se transforma.

Pesce, frente la presión pública de Massa a través de Twitter, no derogó la resolución como le exigía el ministro y la envió para que sea estudiada por la Comisión Interbancaria de Medios de Pago.

Es decir, que antes de decidir si le responde de manera afirmativa al pedido del ministro, el "1" del BCRA pide que se analicen los beneficios de avanzar en la interoperabilidad de los códigos QR para pagar con tarjetas de crédito. Porque esa comisión está estudiando, planificando y monitoreando la evolución de los medios de pago, fundamentalmente la virtualidad de los mismos.

El tema que complementa el escenario es la conformación de esa comisión, que la integran distintos actores de los sistemas de pago y liquidación de valores como el BCRA, la cámara fintech, asociaciones de bancos, bancos y cámaras electrónicas de compensación. Es decir, le tiró el tema a los leones.

Observando el tablero electoral

Es altamente probable que, en no muchos días, se resuelva hacer lugar al pedido de Massa a favor de Galperín, porque la Argentina atraviesa un tiempo extremadamente político y electoral.

Pero bajo el noble discurso de "facilitar que los clientes puedan realizar los pagos con cualquier billetera digital interoperable, independientemente de la marca del QR" y apalancado en darle más seguridad informática a la gente, Pesce les mostró que el BCRA es autónomo –por lo menos en la teoría de su carta orgánica- y les plantó bandera a ambos. Y ambos, no son precisamente del paladar kirchnerista.

Vaya solo una reflexión para el final: ¿Cuánto de la medida de Pesce es de Pesce y cuanto respaldo tiene en el liderazgo de Cristina Fernández y el apoyo del sector político que encarna la Vicepresidenta de la Nación?