El Gobierno de Uganda anunció el pasado 8 de junio los resultados de una reciente exploración en la que se habría descubierto un yacimiento de 31 millones de toneladas de oro principalmente en Kamamoja, territorio al noreste de Uganda, de los cuales se podrían extraer hasta 320.000 toneladas, según cuenta la agencia de noticias Reuters.

De cumplirse los pronósticos se convertiría en el yacimiento de oro más grande de la historia, extrayéndose más cantidad del metal dorado del que jamás se habría obtenido hasta ahora.

Según datos del World Gold Council, ya se habrían extraído de manera global un total de 201.296 toneladas de oro hasta ahora. Antes de este anuncio, las estimaciones de oro restante por minar eran de 53.000 toneladas en reservas identificadas, dato que ha quedado totalmente pulverizado por las 320.000 nuevas encontradas.

Uganda, China y su apuesta

El portavoz del Ministerio de Desarrollo de Materias Primas y Energía de Uganda, Solomon Muyita, contaba a Reuters que este yacimiento ha sido posible tras dos años de exploraciones. Wagagai, empresa minera china, ha sido la primera en establecer allí sus bases de extracción y ha llevado a cabo una inversión de 200 millones de dólares para construir una refinería.

El Parlamento de Uganda anunció sus intenciones de invertir en la minería del país y aprobó a comienzos de este año la creación de una compañía minera nacional, todos los proyectos mineros que se lleven a cabo en el país estarán obligados a firmar un acuerdo de producción en el que la compañía se llevará el 15% de la operación. Según The Independent, la empresa china pasará por el peaje y abonará un total de 20 millones anuales en tasas al Gobierno de Uganda una vez comience a exportar.

Esta nueva fiebre del oro ha llamado a las puertas de las refinerías de países como China, que contaba ya con una importante presencia en África y con grandes proyectos para seguir explotando los recursos en el continente, actividad esencial para mantener su economía doméstica. La mancha roja lleva extendiéndose 12 años sobre las tierras africanas, conquistando silenciosamente este oasis de materias primas. La mayoría de países africanos carecen de la estructura necesaria para explotar sus recursos y es por esta razón por la que reciben con los brazos abiertos las mil millonarias inversiones procedentes de Beijing, a pesar del recelo que produce en Occidente.

Desde 2010 se han creado 25 zonas de cooperación económica y comercial en 16 países africanos y una inversión total de 735.000 millones de dólares, de acuerdo con un informe del Gobierno chino sobre los Vínculos Comerciales y Económicos con África. Países como Nigeria, Ghana y Zambia se llevan el premio a las mayores inversiones de más de 10.000 millones de dólares.

El gas y el petróleo se han postulado como el recurso favorito de los chinos. Este sector ocupa el 19% de las inversiones en África. El oro no suponía ni el 1%, cifra que aumentará en el caso del terreno ugandés. Solamente en 2021 China invirtió en África 2.070 millones de dólares. Este año las ofertas sobre la mesa han llegado a los 20.000 millones en inversiones a varios países africanos.

El oro se derrumba en bolsa

El insuficiente eco de la noticia ya ha tenido un efecto volátil en el mercado de materias primas. La media del consenso de firmas que recoge Bloomberg estima pérdidas para este metal precioso del 1,1% de cara a finales de 2022. En el caso de Citi y Commerzbank (las dos únicas firmas con informes posteriores al anuncio) han rebajado su precio objetivo.

En el primer caso, el precio que marcaba Citi el 31 de mayo era de 1.960 dólares para el tercer cuarto. Posteriormente, en el informe del 22 de junio el precio objetivo es de 1.845 dólares, una rebaja del 5%. Para finales de año el precio objetivo establecido también cae un 2%, marcando los 1.800 dólares. En el caso de la firma Commerzbank, las previsiones que tenían para el tercer cuarto de 2022 caen un 2% respecto al informe del 25 de marzo.

China, uno de los países con mayor presencia de refinerías en África

La llegada al poder de personajes como el dictador Idi Amin llevó al país a una cruda y silenciosa guerra civil de seis años. Una bomba para un país que tenía una gran proyección económica. Tras la tormenta viene la calma, y actualmente Uganda es un país democrático y relativamente estable tras la llegada del presidente Yoweri Museveni, en el poder desde 1986. No obstante, sigue siendo un país muy pobre y desigual.

Hasta ahora, Uganda no disponía de yacimientos de oro de un tamaño considerable para atraer a las mineras y todo apuntaba a que sus exportaciones inexplicables de 17 toneladas de oro en 2019 -un 95% más de su capacidad- provenían del contrabando, principalmente de la República Democrática del Congo.

Según la organización belga International Peace Information Service, este servicio le reporta a Uganda unos 320 millones de dólares anuales de los cuales 120 millones se desvían a los grupos rebeldes del norte del país.