La lealtad es un principio fundamental entre las personas. Incluso la Biblia lo refleja como tal en Proverbios 3, 3-4.

En nuestro plano espiritual ser leal es algo que abre puertas y habilita el favor de Dios. En el plano terrenal o entre los humanos, la lealtad genera respeto y contribuye a consolidar la confianza.

Cuanto de estos valores hacen falta en el mundo de los negocios… ¿Qué esperarías de las personas con las que vas a emprender proyectos o sociedades? ¿Que sean leales a vos o que no lo sean? Seguro que preferirías la lealtad a la deslealtad.

Caminar en el mundo de los negocios y transitar muchos años en ellos requiere de lealtad. Y eso no quiere decir no tener habilidades para el comercio, nada que ver.

El problema es cuando las personas confunden habilidades por maniobras desleales. Ergo, hacer trampa. Y pontifican o exaltan a los que son desleales dándoles un rango de superioridad hacia el resto.

La vida y los negocios van por el mismo camino. ¿Se puede ser una persona desleal en los negocios y ser considerada una persona "buena" en el resto de las áreas? Es muy difícil. Tampoco en el deporte, por ejemplo. ¿Quién confiará de aquel que, cuando puede, “le canta mala una pelota que es buena” o que “discute cara punto que el otro hace o que el mismo falla en la cancha”?

Cultivá la lealtad entre los tuyos. Ampliá esa lealtad hacia las personas cercanas haciendo más grande tu círculo de influencia. Grabate la lealtad como un mecanismo de accionar en la vida privada y en la vida pública. Así te ganarás el respeto de los demás y recibirás el favor de Dios.

Matías Frati – Director
ADNEmpresario