Casi como si nada hubiera sucedido a lo largo del año, hoy empieza la temporada de verano en Mar del Plata y muchos sectores imaginan que la pandemia ha terminado. Que las aperturas deberán ser totales en pos de la preservación del empleo y que la economía empiece a girar, otra vez.

Sin embargo el virus está. Y no hay que relajarse en las medidas de prevención. Porque lo peor que debe hacer la gente es creer que todo se ha terminado.

Los médicos especializados en la materia, y los directores médicos de las clínicas de la ciudad, tienen una mirada bastante precautoria de lo que pueda suceder en el verano. Porque saben que si hubiera un nuevo foco en plena temporada, como pasó en Europa, sería muy difícil decidir dar por terminadas las vacaciones de miles de personas, y porque la saturación de los servicios médicos sería inevitable.

Frente a esto, todo lo que se hizo hasta aquí debe mantenerse: distanciamiento social, uso de tapabocas, lavado frecuente de manos. Porque todavía no hay solución para el sars-cov-II que genera la enfermedad del Covid-19. Y porque, además, de que haya economía saludable a largo plazo depende, también, del sacrificio que se pueda hacer hoy cuando el efecto es menos nocivo de lo que podría ser más adelante.