Que los diputados no se hayan podido poner de acuerdo sobre la legalidad de una sesión del cuerpo que ellos mismos componen, es de una absoluta gravedad institucional para la Nación.

Algunos tienen un criterio acerca de si correspondía continuar con las sesiones virtuales, debido a que aducen que el protocolo que dio marcha a ese formato no está vigente. Estaría vencidos. Otros tienen otro criterio para impedir la presencialidad en función del mismo supuesto texto.

En realidad, las diferencias empiezan a aparecer porque hay una tensión importante entre los distintos sectores políticos sobre quienes podrán capitalizar mejor el resultado del manejo de la crisis, y porque nadie quiere que la pandemia "se los lleve puestos", como creen que puede pasar si el saldo final es dramático.

Argentina necesita acuerdos. Tiene que volver a la sociedad el tiempo donde la palabra tenía valor. Debe recuperarse ese espacio de confianza previo al consenso, porque si no todo lo que se intente puede ser inviable.

Quizás no sea con los que hoy están ocupando cargos. También puede ocurrir que la ruptura de confianza entre ellos haga que todo lo que se intenta se caiga por cuestiones irreparables. Puede ser. Si es así, deberá emerger una nueva dirigencia basada en valores concretos y duraderos.