El reclamo de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción de Mar del Plata, acerca de que Disco -allí se evidencia puntualmente- no venda camperas en la góndola de los lácteos tiene sentido y es legítimo.

Mientras los comercios del rubro indumentaria, que son considerados "no esenciales" por el decrete de necesidad y urgencia del confinamiento, no pueden trabajar al público, un comercio que no se ocupa de ese tipo de ventas ahora lo incorpora.

Sin embargo, podría alguien preguntarse ¿cómo el consumidor va a comprar ese tipo de producto si nadie se lo vende? Y la pregunta también entraría en el apartado imaginario de la legitimidad. En este caso desde la óptica del consumidor final.

Varias son las cuestiones a atender. Primero, los controles son malos, pocos e insuficientes. Segundo, fuera de los no controlados muchos tampoco acatan las disposiciones y eso genera otra deslealtad manifiesta. Tercero, el común de la sociedad está desconcertado y sin demasiadas certezas sobre cómo actuar.

No va a ser sencillo el invierno si se mantienen las restricciones. Porque controlar es antipático y en un año electoral como este, el que controla asume un rol que a la sociedad no le gusta, mayoritariamente.

Matías Frati – Director
ADNEmpresario