Maliciosamente algunos dicen que se fueron para no pagar impuestos. Pero no es así. ¿Por qué salieron del tablero de juego? El "riesgo argentino" que no solo está compuesto de lo que en cualquier país sería riesgoso en una actividad privada, sino que acá se consolida con inestabilidad política, institucional y jurídica.

Los tira y afloja entre el Gobierno nacional y la Ciudad de Buenos Aires, con la intervención de la Corte Suprema de Justicia para resolver sobre la autonomía de la autónoma Buenos Aires y su facultad para hacer que los chicos vayan al colegio contradiciendo un decreto nacional de necesidad y urgencia es la prueba de eso.

Y no solo por la forma sino más vale por el fondo: el intento de avasallar la autonomía y la necesidad de recurrir al máximo tribunal para que dirima la cuestión de manera concreta.

Tras cartón, las interpretaciones políticas de la hora. Como la opinión de la vicepresidenta Cristina Fernández, afirmando que "sinceramente, está muy claro que los golpes contra las instituciones democráticas elegidas por el voto popular, ya no son como antaño" (sic).

Poner sobre la mesa la cuestión de los golpes institucionales es algo muy delicado. Máxime para una sociedad como la Argentina que, cada vez que atravesó por un período de dichas características, el resultado fue dolor, sufrimiento y pobreza.

Por cosas como estas, en su conjunto, es que las empresas deciden irse de la Argentina. No porque no sea “negocio” estar aquí –aunque cada vez lo es menos debido a la fuerte presión impositiva y la depresión del mercado en un contexto económico recesivo y de estancamiento- sino porque aun las reglas de juego más claras están en duda.

Y cuando eso pasa, los jugadores pierden interés por participar. Con lo grave que es para un país que esos “players” pierdan el interés por invertir, generar empleo, hacer crecer la economía y permitir que millones de personas tengan un trabajo digno.

Cuando haya cada vez menos inversores ¿quién va a crear trabajo, el Estado? No gracias, esa ya está demostrado que no es la solución.

Matías Frati
Director ADNEmpresario