Todas estas aplicaciones caben para lo que viene pasando desde el domingo 14 de noviembre a las 21 horas en el Gobierno pero, en especial, en el partido gobernante.

La negación de la realidad es un dislate. Sin embargo, no es poco decir que ya se ha mencionado antes que intentar llegar a resultados diferentes a través del mismo procedimiento es una necedad.

El Presidente Alberto Fernández, que es el Presidente de la Nación y por ello de todos los argentinos, se puso a la cabeza de un supuesto festejo tras la derrota electoral del domingo. Ese festejo es en ocasión del Día de la Militancia Peronista.

Que Fernández niegue la categórica derrota electoral a manos de la oposición es algo que debiera llamar la atención a todos. Pero que, además, desde la investidura presidencial convoque a un acto sectorial es algo que lo reduce en su función, puesto que queda solo encabezando una parte del pensamiento político nacional y no la totalidad de la representación de un pueblo, como le asiste al Presidente.

La Argentina transita una zona complicada en materia económica, social y política. Con problemas reales que afectan a millones de argentinos. Que Dios quiera puedan resolverse de manera madura, democrática y responsable.