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Jueves, Abril 18, 2024
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EntrevistasArgentina21 de Abril

"Estamos en prisión domiciliaria y sin dictar el estado de sitio"

Cuarentena. Fragilidad económica. Empresas cerradas por falta de actividad. Ventas comerciales derrumbadas. Un contexto nacional crítico como consecuencia del coronavirus y los méritos previos que llevaron a la Argentina a un profundo estancamiento. El economista Agustín Etchebarne explicó por qué estamos como estamos, incluyendo un proceso de pérdida de libertades individuales brutal.

La crisis derivada de la falta de actividad económica del último mes ha llevado al sector empresario a una situación de fragilidad importante. Esta fragilidad se advierte, mucho más, en las pequeñas y medianas empresas, aunque las grandes no quedan al margen de los avatares pandémicos de la coyuntura.

Hace pocas horas la Cámara Argentina de Comercio envió un trabajo donde resalta que "el 53% de las empresas no está produciendo" y que "la pérdida de ventas en el comercio, desde que empezó la cuarentena, es del 64%".

Un mes fue suficiente para que la golpeada economía argentina se sumergiera en la crisis más profunda de los últimos tiempos. Pero la contingencia actual tiene una ayuda previa, en los descalabros económicos que por décadas ha soportado el país.

Entrevistado por ADNEMPRESARIO, el Director General de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, dio su visión acerca del contexto económico actual, poniendo el foco en el presente pandémico que surca a todos los países pero observando, también, que las bases para un descalabro de proporciones estaban dadas desde mucho antes.

"Argentina está en decadencia desde hace 100 años. Crecíamos menos que el resto del mundo. Nos pasaron muchos países porque venimos de un proceso importante de decadencia. En los últimos 10 años empezamos a caer, desde el 2011 para acá, y en los últimos tres años se profundiza con una fuerte recesión. Desde 2016 señalábamos que se estaban tomando más de u$s 30.000 millones de dólares por año y en algún momento nos iban a decir basta", señaló.

 

“Tantos años de populismo nos han dejado con un sistema de salud muy malo”. (Etchebarne)

 

Claro que ese fue el contexto en el cual nuestra economía se zambulló a la cuarentena. Caída sostenida de la demanda de bienes y servicios mes tras mes, inflación mensual equivalente a la anual de los países desarrollados y pérdida del poder adquisitivo de la moneda, fueron algunos de los condimentos que confluyeron en un menú complicado.

"Ahora estamos con la frutilla del postre que es el coronavirus, con un impacto global. Tantos años de populismo nos han dejado con un sistema de salud muy malo. Frente a esta situación había dos formas de operar: aislar a las personas infectadas y realizar testeos masivos, sugiriendo a la población de riesgo para que se quede en sus casas. Pero respetando las libertades individuales. Y lo otro fue no hacer nada hasta febrero, y luego prohibir a la gente salir de sus casas. Y ahí fue donde hubo muchos muertos".

En este sentido, agregó que "estamos en prisión domiciliaria y sin dictar estado de sitio, lamentablemente los argentinos somos ovejas. El problema del virus es que, se sabe ahora, flota en el aire. Por lo cual en ambientes cerrados aumenta la carga viral. En Bérgamo, Italia, se generó un gran pánico con la gente dentro de los hospitales, donde hubo una gran carga viral en el aire. Allí se murieron médicos jóvenes también. Pero en realidad esto sucedió por la gran carga viral existente. El dilema no es salud o economía. Son las dos cosas por igual. Es salud y libertades individuales.

 

Panorama de economía destruida

Uno de los síntomas de la destrucción económica que está evidenciando la Argentina se refleja en el sistema de salud. En las últimas horas las clínicas y sanatorios privados, como así también prestadores del sistema particulares, empezaban a hacer oir sus voces sobre la carencia que atraviesa el sector.

Las clínicas están vacías. La gente no va a los consultorios por temor a contagiarse. Eso genera un importante impacto negativo en el sector, que además no está recibiendo de parte del Estado el pago de las prestaciones previas al inicio de la pandemia. Se va a llegar a mediados de mayo, cuando se espera el pico de infectados por Covid-19, con un sistema de salud privado en una situación financiera muy delicada, casi con evidencias de imposibilidad de prestar servicios.

Consultado por la salud privada Etchebarne dijo que "hay un problema enorme en materia de la salud privada, también. La gente no se puede ir a controlar a las clínicas de cantidad de enfermedades que lo requiere. Entonces, va a aumentar la mortalidad por otras causas. Luego no van a alcanzar los tomógrafos. Hacer una cuarentena total es un estupidez".

 

Entre la estatización y la recuperación de empresas

Continuando con el contexto económico, el entrevistado hizo foco en la situación de la economía en el mundo. Y puso como ejemplo de deterioro lo que sucede por estos días en Estados Unidos, donde el precio del petróleo se encuentra a valores negativos.

"El petróleo cayó en el mundo y está con precio negativo. Cuando los que bombean petróleo le pagan al resto para que se lo lleven es un drama, porque se destruye la economía", dijo. Pero usó esa metáfora para volver al tema de las empresas nacionales: "volviendo a nuestras cosas, acá van a quebrar 33.000 pymes porque no pueden pagar sueldos. Si están dos meses sin trabajar no pueden pagar. Se destruye la economía".

 

"Acá van a quebrar 33.000 pymes porque no pueden pagar sueldos”.

 

En el mismo sentido hizo un pronóstico sobre cómo advierte a la economía argentina en el corto plazo y recalcó que "antes de fin de año este gobierno va a empezar a estatizar empresas. Por ejemplo, si los productores y los distribuidores de energía empiezan a perder plata, y empiezan a endeudarse con CAMMESA a un ritmo de 5.000 millones de pesos por mes. Diez meses más tarde son 50.000 millones de pesos. Entonces el Estado les va a decir "vení y poné plata. Trae de afuera o buscá un socio". Y todo como producto de una pérdida de recursos por la caída tarifaria tras el efecto inflacionario. Y después un juicio que el Estado va a pagar doble".

En algunos segmentos ya se empieza a escuchar la frase "empresas recuperadas", una manera de poner de pie a las pymes que quiebren en el transcurso de la pandemia. Claro que es sumamente antipático suponer que, mientras una empresa pasa por un momento de crisis, haya gente que está esperando a que se caiga para apropiarse de los medios de producción y quedarse con ella.

Consultado sobre esto el entrevistado fue contundente: "eso es una tragedia. Una empresa recuperada en manos de los obreros es un problema, porque las empresas tienen que tener alta productividad o quiebran. Esto es posible en una economía cerrada. Pero además no son sujeto de crédito. Si no se puede tomar crédito no se puede comprar maquinas nuevas y sin máquinas nuevas la productividad es baja. Además, el empresario es el que arriesga e invierte. Y eso no lo sabe hacer el empleado. El populismo es eso, es poner a empresarios y empleados unos en contra de otros", sentenció.

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