La inflación tuvo una suba del 1,5% en el mes de abril, confirmando así una escalada, en lo que va del año, del 9,3%.

Así, la suba de los precios al consumidor se ubica por debajo del treinta por ciento estimado para todo el año. El número está lejos de lo que esperan la mayoría de las consultoras privadas, que coloca el número en torno al cuarenta por ciento anual.

Los rubros que actuaron firmemente para que esto ocurriera fueron tres: alimentos y bebidas subió 3,2% en el mes y sigue siendo vital para que la gente advierta que las cosas se le encarecen en los supermercados; en cambio, hubo una baja del 4,1% en el rubro comunicaciones y una caída del 1,5% en el segmento de educación.

Alimentos y bebidas subió 3,2% en el mes y sigue siendo vital para la gente

La lectura que se hace es que la cuarentena tiene aplanada la curva de la inflación, por efecto de menor actividad económica en muchos de los rubros que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

Claro que están quienes destacan dos cosas, como que las mediciones no se realizan en las condiciones que la muestra establece y solo se limita a las consultas telefónicas o publicaciones en sitios web de los supermercados; y que cuando termine la cuarentena y la gente salga a la calle a poner al día la demanda contenida de bienes y servicios los precios volverán a subir.

En esta última teoría existe un interrogante fundamental, y es cómo afectara la emisión monetaria. Si la cantidad de pesos que se emiten por estos días, y que duplicará en el año la base monetaria, no se esterilizan serán un elemento clave para una estampida inflacionaria.